A pesar de las repetidas advertencias de los presentes, el rey era tan curioso que finalmente decidió averiguar lo que había al otro lado del hueco de la guillotina. Cuando el verdugo levantó la cabeza del rey del cesto, todos pudieron ver lo que había estado oculto hasta ese momento: una sonrisa en el rostro del monarca. Esta fue la primera vez que se le veía sonreír en público.
Deja una respuesta