Por favor, no te hagas la víctima, que solo ha sido un disparo —dijo el arma.En mi novela autobiográfica, el protagonista me mata. Así es como un escritor acepta que hay finales que no puede controlar. Ilustración: K.I.R.A.
Ausencia
¿Dónde habrá ido el frío? —se preguntó el esquimal.Supongo que con su recuerdo —respondió el hielo.
Replantar
La única forma segura de encontrarse con un fantasma es convirtiéndote en uno. No lo hagas. El pasado es un fantasma con el que no te gustaría toparte —dijo el reloj.«Quid pro quo», pensó aquel árbol que, convertido en ataúd, se cobraba la venganza del hombre que lo taló y ahora descansaba entre sus restos.
1 de noviembre
Feliz día, difuntos —dije para mí antes de dormir. Feliz día para ti también —respondieron las voces al unísono.
Érase…
El amor es un recurso de los famélicos —dijo el padre.Érase —y nunca fue— una vez, en uno de tantos cuentos, sin final feliz: la perdiz estaba envenenada.
El virus del amor
Al final, resultó que el virus estaba dentro, muy dentro de mí; pero ella era asintomática.
Nanorrelato en tiempos de virus
Acabo de leer que al doctor Jekyll le han dejado una nota en la puerta. Le invitan a abandonar su domicilio por el bien común. La nota estaba firmada por el único habitante de su casa: el señor Hyde.
Besos de fuego
La princesa, en la unidad de quemados, aprendió que no se debe besar a los dragones.
El político
En la Metamorfosis II, de Kafka, una cucaracha amanecerá convertida en ser humano. Nada le resultará extraño.
Ding Dong
Bajé las escaleras que no llevaban a ninguna parte. Cuando regresé sobre mis pasos, volvió a sonar el timbre.