Muerte hacia la vida

Sabía que era la misma camilla: la muesca de óxido con forma de mariposa en la barandilla donde había apoyado su frente, donde derramó sus lágrimas, allí donde sus manos se agarraron fuerte… Todo su ser sabía que si se soltaba, el cuerpo de su marido no volvería con vida.

Llanto contenido en la soledad de los últimos meses dan paso a la primera sonrisa de un nuevo llanto. Su mente y sus manos, aferradas aún a esa barandilla, ahora volaban a recoger el hijo que traía.

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