Detrás de todos siempre hay un imbécil y, quizá, otro imbécil que te dejó escapar. Detrás de todo imbécil también hay otro imbécil, y algún imbécil más que nos ronda. Detrás de un imbécil está la madre o el padre del imbécil, que cree que si nadie lo merece es porque son imbéciles. Y si le preguntas a cualquiera, todo está lleno de imbéciles que se buscan entre miles de imbecilidades que se suceden entre millares de imbéciles a lo largo de un mundo tremendamente imbécil.
Deja una respuesta