Un adiós puede ser un largo eco, un chasquido o el silencio. Haz lo que quieras, pero las olas no van a cesar y yo siempre estaré aquí para tragarte si no nadas a contracorriente o sales de esa botella —dijo el mar.
Huele a septiembre cuando llueves.
La vida se alborota en tu pelo
sonríes
miras el cielo contando sus lunares
te giras y suspiras.
Y cuando la ola rompe en la arena
se dibuja un tatuaje con tu nombre en mi sonrisa.
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