«Quid pro quo», pensó aquel árbol que, convertido en ataúd, se cobraba la venganza del hombre que lo taló y ahora descansaba entre sus restos.
La felicidad a través de la locura
Onirismos
«Quid pro quo», pensó aquel árbol que, convertido en ataúd, se cobraba la venganza del hombre que lo taló y ahora descansaba entre sus restos.
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