Hay momentos en la vida, buenos, malos y regulares. Los buenos casi nunca los reconocemos, en el resto están los amigos y familiares para hacerlos más amenos. Porque nunca tenemos todo lo que queremos, ni estamos conformes con lo que la vida nos ofrece. Y realmente, sea cual sea en el momento que estemos, si miramos a nuestro alrededor, si abrimos realmente los ojos, nos damos cuenta que ya disponemos de lo que necesitamos.
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