Ante cualquier duda terminamos otro año, y nos queda cuerda —y dar guerra— para rato. Nuevas cicatrices, recuerdos y anécdotas que nos hacen crecer.
Aunque en desorden, somos los mismos, algún otro, y a la espera del resto. Con nosotros siempre «los inmortales»; si falta algún despistado, lo recogemos a la vuelta.
Seguimos aprendiendo y que nunca nos falte el tiempo. A todos y cada uno de vosotros desearos feliz vida, sea cual sea el día y el año. A corto plazo, feliz 2015.
Aquí estaremos tanto si me necesitáis, como si no; me ausentaré cuando sea necesario dormir.
A todos gracias por lo bueno y por lo menos bueno. Os deseo que sólo lloréis de risa y que vuestra salud, dinero y amor no dependa de un zodiaco o los que dictan.
Hoy y siempre, ¡brindo por nosotros!
Deja una respuesta